jueves, 25 de abril de 2013

Decisón 1 Escuela

Las 10 cosas más importantes que debes saber sobre la escuela

Había tres cosas que no me gustaban de la preparatoria: la tarea, la tarea y la tarea, en ese orden. Pero había algo que sí me gustaba: la poesía. Tenía varios amigos aficionados también a ella. Escribíamos poemas bobos y nos los dábamos a leer para ver a quién se le ocurría el peor.

Mi mejor colaboración para la lista de los más tontos la escribí cuando tenía como 16 años. Era el día de Año Nuevo. Había visto unos partidos de futbol americano con mis hermanos, David y ]Esteban. Echados en el sofá habíamos devorado una montaña de comida chatarra -pizza, nachos, refrescos y demás porquerías-, y me dolía mucho la cabeza. Desúés nos quedamos dormidos. Me desperté con una sensación extraña: vi con horror que tenía mi pantorrilla pegada a la de Esteban. Es que los dos llevábamos pantalones cortos y nuestras pantorrillas se habían pegado con una delgada capa de sudor. ¡Qué asco! Tiempo después expresé lo que sentí entonces en este poema:


En la escuela participé en algunos concursos de redacción y, a juzgar por mi poema, apuesto a que no te extraña que jamás ganara nada. Sin embargo, comprendí que el lenguaje me apasionaba, y esta certidumbre me ayudó a decidir qué estudiar en la universidad y a qué dedicarme al crecer.

Esto me lleva a la primera decisión más importante que tomarás en la vida: ¿Qué hacer con la escuela, con tu educación? ¿Por qué es ésta una de las 6 decisiones más importantes? Pues porque lo que hagas respecto a la escuela durante tu adolescencia puede determinar tu calidad de vida en los sigueintes 50 años.

(Por cierto, en lo alto de la página hay una lista de las 10 cosas más importantes que debes saber sobre la escuela. Son pequeños consejos que recopilé de adolescentes mayores de todo el mundo. Hay una en cada capítulo. Pensé que te gustarían.)

Como en todas las decisiones clave, en ésta se bifurca el camino.

Puedes tomar el camino correscto -quedarte en la escuela, esforzarte y prepararte para una carrera universitaria- o el camino equivocado: dejar la escuela (o quedarte, pero holgazanear) y no prepararte. Tú decides.
Como hay muchas cosas importantes que tratar en este capítulo, lo dividií en cuatro secciones.

La primera, Perseverar, está escrita para aquellos de ustedes que piensan dejar la preparatoria. Sí: intentaré disuadirlos de ello. En sobrervivir y prosperar hablaremos de cómo conservar la motivación, tener éxito y lidiar con todas las presiones y altibajos cotidianos propios de la escuela. A la universidad se enfocará en cómo prepararte para ingresar en la universidad de tu elección y cómo pagar tus estudios. Por último, en Encontrar tu camino, hablaremos de lo que quieres ser de grande.

PRUEBA ESCOLAR.

Antes de pasar a lo siguiente, responde este cuestionario de 10 preguntas. Te ayudará a averiguar por qué camino vas, así que sé muy honesto. Todos los capítulos tienen una prueba similar.

Cada una de las preguntas anteriores vale un máximo de 5 puntos, para dar un total de 50. Suma tu puntuación y determina cómo vas. Recuerda, no es un examen ni hay calificación: se trata sólo de una autoevaluación que te ayudará a juzgar las decisiones que estás tomando, así que no te preocupes por tu puntuación.

40-50 Vas por el camino correcto. ¡Sigue así!
39-39 Estás en medio de ambos caminos. Dirígete al camino correcto.
10-29 Vas por el camino incorrecto. Pon especial atención a este capítulo.

Perseverar

Hace muchos años el psicólogo Walter Mischel hizo un experimento en un centro preescolar de la Universidad Stanford. Reunió a un grupo de niños de cuatro años en torno a una mesa con un surtido de malvaviscos en medio. Les dijo que tenía que salir del salón durante unos minutos. Si podían esperar a que volviera les daría dos malvaviscos. Si no podían, les daría un malvavisco en ese momento. Un malvavisco ahora o dos después, ése era el trato. Entonces salió del salón.

  • Algunos niños no aguantaron la tentación y se comieron un malvavisco en cuanto Mischel salió.
  • Algunos resistieron unos minutos, pero terminaron por rendirse.
  • Otros olisquearon sus malvaviscos.
  • Un niño incluso empezó a lamer el suyo.
  • Unos cuantos niños, resueltos a aguantar la tentación y esperar, se taparon los ojos, bajaron la cabeza, canturrearon, jugaron, se escondieron en un rincón o incluso trataron de dormirse.
Al volver, Mishel les dio sus merecidos dos malvaviscos a los que aguantaron.
El investigador siguió de cerca la vida de cada niño hasta el final de la preparatoria. Un hecho notable es que a aquellos que habían logrado no comerse los malvaviscos les iba mucho mejor en la vida: estaban mejor adaptados y eran más seguros, más populares y más fiables. También les iba mucho mejor en la escuela.

¿Qué tienen que ver los malvaviscos con la deserción escolar? Mucho. Dejar la escuela es equiparable a comerse el malvavisco ahora. Ese suave malvavisco sabe muy bien, al principio. Por ejemplo, si dejas la escuela, en seguido puedes empezar a ganar más dinero para comprar cosas, como un coche. Podrías costearte tu propio departamento. Además, te deshaces al instante de la pesadilla de tareas y calificaciones.
Sin embargo, al dejar la escuela ahora sacrificas dos malvaviscos depués, lo que resulta un mal negocio. Los dos malvaviscos con el tiempo adoptan la forma de más aptitudes, un empleo mejor remunerado, un auto más bonito, más posibilidades de ayudar a los demás y un mayor aprecio por lo que te rodea.
Claro que has escuchado todas las razones para perseverar en la escuela, pero ¿las has considerado con atención?

¿Te das cuenta de que si no terminas la preparatoria, el castigo será tener un trabajo mal pagado el resto de tu vida?

¿Por qué? Porque no tendrás las aptitudes necesarias para obtener un empleo mejor remunerado.
Una adolescente llamada Yolanda lo dijo bien: "Mi mamá tiene un dicho, 'Paga ahora y jugarás después, o juego ahora y pagarás después'. Pagar ahora es cumplir con mi deber en la escuela, y más adelante ser una persona exitosa; jugar ahora implica pagar después con un desempleo modesto, quizá en McDonald's haciendo hamburguesas".

Un sueldo de entre 8 y 10 dólares la hora puede parecerte bueno ahora, pero es insuficiente, créeme. Basta compararlo con lo que puedes ganar si terminas la preparatoria o, mejor aún, si vas a la universidad. Esta información de sueldos es de la Oficina de Estadística Laboral de E.U. Aunque las cifras pueden variar de un año a otro, las diferencias son constantes.

Si multiplicas estas cantidades por una vida de trabajo 0 años), la diferencia es aún más evidente.

GANANCIAS DE TODA LA VIDA


Desertor de preparatoria
$850,720 dólares


Egresado de preparatoria
$1'212,640 dólares


Graduado de universidad
$1'948,960 dólares

Además, si dejas la escuela, olvídate de tener acceso a cualquiera de los estupendos trabajos de la siguiente lista, para los cuales se requiere al menos diploma de preparatoria y por lo general algunos estudios universitarios o experiencia técnica.



PAREJA E HIJOS

Si dejas la preparatoria, quizá al principio creas que puedes triunfar, pero al aumentar tus necesidades, o si decides casarte y tener familia, te las verás duras. El escritor adolescente Gregorio Byron lo expresó así:
"Cuando te vas de casa, el dinero te alcanza y lo más seguro es que compartas un departamento, pero no tardarás en hartarte de tus compañeros y querrás un hogar con más privacidad, un coche más nuevo, vacaciones y juguetes de alta tecnología. Luego... te enamoras... vienen los hijos... Querrás una casa bonita y zapatos para el bebé. Esta table muestra cuánto necesitas n dólares) si vives solo (soltero) o te casas y tienes uno o dos hijos (familia):

"No ganas tanto si trabajas de cajero o mesero, el tipo de empleo que consiguen los chicos de preparatoria. Necesitas mucho más. Para cubrir el presupuesto que ves aquí debes ganar 15 dólares la hora si eres soltero, y mucho más si tienes pareja e hijos. En ese caso querrás ser un buen proveedor y ofrecerles un hogar decente. Lo prometiste. Lo que no sabías era que se gasta más al día en pañales que en comida para bebé. Cada padre debe ganar 18 dólares la hora para mantener una familia en este nivel. Si uno gana menos, el otro debe ganar más para compensar.
"Si ambos no tienen empleos bien pagados, será POBRES. La escasez de dinero cansa mucho, ¡y muy pronto! Te rebotarán un par de cheques y el banco te cobrará al menos 20 dólares por cada uno. Empezarán a reñir por dinero ¡y eso NUNCA debe ocurrir! Verán a otros a quienes les irá mejor porque supieron elegir su carrera. No hablarán de eso... pero lo SENTIRÁN cuando tu pareja y tú vean que sus amigostienen casas más bonitas y mejores coches. ¿Quién hubiera dicho que el dinero sería tan importante?"

¿Les va bien a algunos de los que dejan la preparatoria? A unos cuantos. Pero es como jugar a la lotería. Las probabilidades están en tu contra. Entonces, ¿para qué arriesgarse?

Ésta es la cruel realidad:
  • A quienes dejan la escuela les cuesta mucho más trabajo encontrar empleo y conservarlo: 50 por ciento de ellos están desempelados.
  • Se suele etiquetar a quienes dejan la escuela como personas que no terminan las cosas.
  • Quienes dejan la escuela suelen ir de un empleo a otro en vez de labrarse una carrera.
  • A los que dejan la escuela ni siquiera se les tiene en cuenta para la mayoría de los empleos bien pagados, aunque estén calificados.
  • Y cada vez más, en casi todos los países, el diploma de preparatoria no basta. Como dice Vlad, un adolescente ruso: "Hoy día en Rusia, no eres nadie si no tienes un título universitario. Sin él no encuentras trabajo".
Me imagino el cartel publicitario:


CÓMO ROMPER EL CICLO

La razón por la que los adolescentes dejan la escuela suele ser que todos a su alrededor -la madre o el padre, los primos y muchos de sus amigos- lo han hecho. Quizá nadie en la familia haya terminado la preparatoria o asistido a la universidad. ¿Por qué habrían de hacerlo ellos?

A veces heredamos malos hábitos o pautas de conducta que pasan de una generación a otra. Por ejemplo, si tu padre es alcohólico, es muy probable que su padre también lo haya sido. Lo mismo ocurre con el abuso de menores, la drogadicción, la pobreza y la deserción escolar. Ésa suele ser la razón por la cual las familias disfuncionales se repiten en las siguientes generaciones.

Lo bueno es que tienes posibilidad de elección. Puedes ser el que rompa el ciclo de tu familia. Puedes impedir que el mal hábito te atrape, y puedes transmitir buenos hábitos a tus hijos y sobrinos. ¿No te encantaría ser el primero de tu familia en ir a la universidad y transmitir esa pauta de conducta a tus hijos y nietos?


Recuerdo cuando habé con Sammi, una chica que quería romper el ciclo que había heredado. Dijo:

He tenido amigos que dejaron la preparatoria. Uno, con quien trabajo en McDonald's, había perdido tres años: tenía 20 e iba en primero. Al verlo me dije que yo no podía ser así. No puedo trabajar en Wendy's o en McDonald's toda mi vida. No quiero ser como mi padre y mi padrastro. No quiero mirar atrás y decir "Quisiera haber hecho esto o aquello".

Tomar la decisión de seguir estudiando quizá sea lo más difícil que hayas hecho. Tal vez tu vida familiar sea complicada y no tengas casi ningún apoyo en casa para triunfar en la escuela. Quizá estés lleno de inseguridades y dudes de tu capacidad para terminar con éxito tus estudios. Tal vez odies la sola idea de ir a la escuela un día más. Pero te prometo que te lo agradecerás toda la vida si perseveras. No será fácil, pero valdrá la pena. Dos malvaviscos mañana siempre serán mejores que uno hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario