viernes, 3 de mayo de 2013

Desafío 4

Desafío 4: "YO NO SIRVO PARA LA ESCUELA"

Quizá te vaya mal en la escuela, o pienses que no tienes madera de estudiante. Levanta la frente, compañero. ¿Sabías que algunas de las mentes más brillantes llegaron a sentirse así?

Albert Einstein, considerado el pensador más influyente del siglo XX, empezó a hablar a los cuatro años y a leer a los siete. Sus padres creían que tenía retraso mental. Tartamudeó hasta los nueve años. Un maestro le aconsejó dejar la primaria: "Nunca llegarás a ser alguien, Einstein".

Isaac Newton, el inventor de la física moderna, era bastante malo para las matemáticas.

Patricia Polacco, prolífica escritora e ilustradora de libros infantiles, aprendió a leer a los 14 años.

Henry Ford, creador del famoso auto modelo T y fundador de Ford Motor Company, a duras penas terminó la preparatoria.

Lucille Ball, famosa comediante y estrella de la serie Te quiero, Lucy, fue expulsada una vez de la escuela de teatro por ser demasiado tímida y callada.

Pablo Picasso, uno de los más grandes pintores de todos los tiempos, fue sacado de la escuela a los 10 años por su pésimo desempeño. Un tutor contratado por el padre de Pablo se dio por vencido.

Ludwig van Beethoven fue uno de los compositores más grandes de la historia. Una vez, su maestro de música dijo de él: "No tiene ninguna esperanza como compositor".

Wernher von Braun, matemático mundialmente reconocido, salió reprobado en álgebra en tercero de secundaria.

Agatha Christie, la escritora de novelas de misterio más famosa del mundo y la más vendida de la historia en cualquier género con excepción de Shakespeare, tuvo dificultad para aprender a leer debido a la dislexia.

Winston Churchill, el famoso primer ministro británico, reprobó en sexto año.

A pesar de sus dificultades en la escuela, estas personas triunfaron en la vida y tú también puedes hacerlo. Que la escuela no se te facilite no significa que no seas listo. Hay muchos tipos de inteligencia, y la escuela se basa principalmente en uno de ellos, llamado CI (cociente intelectual), o inteligencia mental. El CI es nuestra capacidad de análisis, raciocinio, pensamiento abstracto y uso del lenguaje.

Pero hay otros tipos de inteligencia que son igualmente importantes; por ejemplo, la IE o inteligencia emocional. Las personas con alta IE tienen  mucha intuición, saben interpretar circunstancias sociales y tienen la virtud de llevarse bien con los demás. La escuela no mide esta inteligencia. También está la IEs, o inteligencia espiritual, que representa nuestro anhelo y capacidad de visión, valores y sentido. Nos permite soñar. La escuela tampoco la mide. Por último, está la IF, o inteligencia física. Tu cuerpo es listo por naturaleza. No tienes que recordarle al corazón que lata ni a los pulmones que se expandan. La inteligencia física también es la capacidad de aprender por medios sensoriales, como las sensaciones físicas y el tacto.

Quizá un amigo tuyo tenga más CI y tú más IE. Ninguno es mejor, sólo son distintos. Agradece tus cualidades particulares y no permitas que nadie te haga creer que no tienes alguna. Y si llegan a burlarse de ti, recuerda lo que dijo Albert Einstein, de quien también se burlaban: "Los grandes espíritus siempre se enfrentarán a la oposición violenta de las mentes mediocres".

¿Y si tengo un trastorno del aprendizaje?
Tal vez te hayan dicho que tienes una discapacidad para aprender, como TDAH (trastorno por déficit de atención o hiperactividad), TDA (trastorno por déficit de atención), dislexia o incapacidad para concentrarte. Si es así, aquí te doy un par de consejos: primero, consulta a un profesional para cerciorarte de que tienes un trastorno y, en ese caso, pregúntale qué te conviene hacer. A algunos chicos les sirve tomar medicamentos. Otros utilizan tratamientos alternativos, como dieta, psicoterapia, control del estrés, ejercicio, herbolaria o una combinación de muchas cosas. Otros más quizá no tengan ningún trastorno y sólo crean que lo tienen.

Segundo, ¡no pienses que tienes una discapacidad! Eres perfectamente capaz de triunfar en la escuela y en la vida sin importar lo que te hayan diagnosticado. Te sorprendería saber que hay miles de empresarios, abogados, médicos, maestros, músicos y actores exitosos a quienes les han diagnosticado dislexia, TDA u otro trastorno del aprendizaje.

Si te cuesta trabajo aprender, piensa que es un punto débil que debes esforzarte en superar... así como una persona sin coordinación tiene que superar esa debilidad para ser un buen futbolista. Es cierto que tendrás que trabajar un poco más que otros, ¡pero puedes convertir el punto débil en cualidad!

Gregorio Fox nos cuenta su experiencia:
Una maestra a la que nunca había visto me tocó el hombro y me pidió que la siguiera hasta un salón pequeño. Me preguntó sobre mi vida y anotó cuanto le dije. Al otro día nos reunimos en el mismo salón y me puso a hacer unas pruebas, lo que se volvió costumbre una vez a la semana durante todo el año escolar y toda la preparatoria. Algunos compañeros también hacían las pruebas. No lo sabíamos entonces, pero el sistema escolar nos había catalogado como discapacitados para el aprendizaje.
Com ome consideraban discapacitado, los maestros me trataban como tal: me daban las respuestas a los problemas de matemáticas, me ayudaban a terminar las tareas y me dejaban hacer los exámenes sin límite de tiempo. Esperaban poco de mí, y obtenían poco. Cuando llegué a la preparatoria me había acostumbrado al trato especial, y por primera vez usé mi discapacidad como pretexto para librarme de las tareas. Me subestimaba.
Durante el último año me pusieron en una clase con otros adolescentes discapacitados, con un maestro nuevo, el señor Weisberg, un hombre de mediana edad que había dejado su carrera de abogado para ayudar a jóvenes como yo a darse cuenta de su verdadero potencial. Y logró lo que se había propuesto. No aceptaba ninguno de mis pretextos. Por primera vez en mi vida tuve que responsabilizarme de mi instrucciión y dejar de dar excusas.
Como un adicto en rehabilitación, extrañaba la muleta que me había sostenido durante tantos años. Fue difícil, pero poco a poco el señor Weisberg me hizo volver a creer que era una persona con un potencial ilimitado. Al principio lo odié por no dejarme holgazanear, pero juntos rompimos las barreras invisibles del encasillamiento.
Terminé la preparatoria y ahora saco las mejores calificaciones en los cursos de licenciatura en letras inglesas. Sin embargo, independientemente del título y el promedio general, aprendí a creer en mí y a responsabilizarme de mi futuro. Sólo lamento los años en que me dejé encasillar por lo que otros pensaban de mi.
La verdad es que actuamos en gran medida conforme a lo que los demás y "nosotros" pensamos de nuestra persona. Si te cuesta trabajo aprender, persevera y no te subestimes. Lucha contr las etiquetas que quizá otros quieran ponerte y, por lo que más quieras, nunca te encasilles. Las etiquetas  son miopes y no tienen en cuenta el talento con el que cada uno nace, como lo dijo el poeta persa Hafiz de Shiraz.


Recuerdo cuando conocí a una joven vivaracha llamada Amelia. Acababa de obtener su título en tecnología automovilística en la Universidad Estatal Weber y era la única mujer que se había graduado en esa especialidad. Le había ido tan bien que varias empresas importantes, entre ellas Harley-Davidson, le ofrecieron empleo.
Amelia tuvo toda clase de desventajas durante su infancia en Provo, Utah. Era hija de una madre soltera con cuatro hijos, que tenía varios empleos para mantenerlos.
"Mi mamá me dejó claro que no podía pagarme la universidad y me metió en la cabeza que una beca universitaria era mi boleto para una vida mejor".
Sin embargo, a Amelia no le fue bien en la primaria. Le costaba mucho trabajo leer. No fue sino hasta la preparatoria cuando supo lo que le ocurría.
"Una vez estaba leyendo en voz alta y me equivocaba constantemente. Mi mamá me preguntó por qué y le contesté: 'Es sin querer. Tengo que leer dos o tres veces cada palabra para decirla bien'. Entonces mi mamá se dio cuenta. Tras años de batallar en la escuela y preguntarme por qué detestaba leer, por fin me diagnosticaron dislexia grave. No entendía por qué me costaba tnato aprender, y ni mi mamá ni mis maestros sabían que padecía dislexia."
Por cierto, la dislexia consiste en que las letras que estás leyendo se te revulven. Duranteaños se creyó que los dislexicos eran tontos, hasta que Margaret Rawson descubrió el trastorno y allanó el camino para millones de chicos que no sabían lo que les pasaba. Así es como una persona con dislexia podría ver una oración.


Por suerte, durante la preparatoria y la universidad Amelia tuvo algunos amigos verdaderos que la ayudaron a superar la dislexia.

En la universidad tuve la suerte de contar con una compañera de dormitorio excepcional, Abby. Me costaba mucho leer aun mi propia letra. A veces le dictaba mis trabajos a ella para que me los mecanografiara. Se pasaba horas trabajando conmigo. No había podido graduarme sin ella. Muchas veces, cuando me angustiaba por la tarea, mi dislexia empeoraba. En los cursos superiores había que leer cinco o seis libros por clase y Abby me los leía todos. Terminaba su tarea y luego me leía la mía hasta las dos de la mañana.
Aunque la madre de Amelia siempre quiso que fuera abogada, no podía estar más orgullosa cuando se recibió de mecánica. Con trabajo duro y personas cariñosas, tu también puedes superar graves desafíos educativos, igual que Amelia.

Checa este link para que veas una película, basada en hechos reales, en un personaje real que no era bueno en la escuela pero que llegó a ser ingeniero de la NASA... como?? pues mirala!
http://pelisgg.com/pelicula/cielo-de-octubre.html

martes, 30 de abril de 2013

Desafío 3

Desafío 3: "No me interesa"

¿Alguna vez te han dicho. "Eres un holgazán en la escuela. Si te aplicaras, te iría muy bien"? Si es así, no eres el único. Es fácil atrasarse, ir mal o perder el interés.

Si estás desmotivado y sientes que te arrastran a la escuela, piensa con detenimiento en lo que puedes y en lo que no puedes controlar. Desde luego, hay muchas cosas sobre las que no tienes control alguno, pero te sorprenderá saber que puedes controlar muchas otras.


Aunque no tiene que encantarte la escuela, tampoco te hagas la víctima. No te des el lujo de decir: "Como no me gusta, no me esforzaré". En vez de eso, concéntrate en lo que puedes controlar.

Tu instrucción es responsabilidad tuya, no de la escuela ni de tus padres. Cuando termines la adolescencia, querrás saber leer, pensar y expresarte bien. Querrás saber algo de historia, sobre países y culturas. Querrás haber leído muchos libros clásicos y saber de muchos de los grandes hombres y mujeres que te precedieron. De eso se trata la ilustración. ¡Y puede ser emocionante!" Así que deja de ser pasivo ante ella. Sé activo. Éstas son algunas maneras de llenarla de vitalidad.

  • Cultiva un pasatiempo que te encante, como fotografía, pintura, danza o cualquier cosa que te apasione.
  • Inscríbete en una materia optativa que siempre hayas querido cursar.
  • Participa en actividades extraescolares divertidas y desafiantes, como asociarte a un club estudiantil o practicar un deporte
  • Solicita un empleo o internado de verano en un área que te interese
  • Toma un curso con el maestro que todos consideran el mejor
  • Comienza tu propio negocio
  • Elige un plan de estudios que te guste. Muchas escuelas ofrecen planes de estudios con énfasis en distintas materias
  • Viaja, dentro de tu país o al extranjero.
A la vuelta de la esquina
"El mundo es un libro, y quienes no viajan leen sólo una página", escribió San Agustín, y yo no podría estar más de acuerdo. Ya sea viajar a otro continente o visitar un monumento cercano, no se me ocurre nada más divertido y educativo que viajar. Enumero a continuación sólo algunos de sus beneificos, tomados del libro Majoring in the Rest of Your Life ("Especializarse en el resto de tu vida"), de Carol Carter.
  1. Viajar puede detonar la carrera de tus sueños. Podrías tener interés o pasión por algo y no saberlo hasta que se amplía tu experiencia.
  2. Viajar puede darte una aptitud muy específica y tangible: hablar otro idioma. En algunos campos, cuantomás exótico sea el idioma, más cotizada es la aptitud. Poner "Pasé un verano en Rumania" a tu currículum te da ventaja.
  3. Viajar puede aumentar tu seguridad y adaptabilidad. Luego de explorar ciudades, culturas e idiomas extranjeros, moverte en el ambiente social de tu país te parecerá pan comido
  4. Viajar puede hacerte aprecia otros pueblos y culturas y darte una profunda gratitud por tu país y tu patrimonio cultural
  5. Viajar es divertido. Divertirte mientras aprendes, ¡imagínate! Podrás ver lugares increíbles que sólo conocías por tus lecturas, como el Louvre en París, la Gran Muralla China, o Times Square en Nueva York.
Ahora quizá te digas "Sí, claro, ¿de dónde saco el dinero? ¿Y cómo caramba convenzo a mis papás de que me dejen viajar?" Si de verdad quieres hacerlo, dentro o fuera de tu país, hay infinidad de recursos, programas y personas dispuestos a ayudarte. No tienes que gastar una fortuna. Para empezar:

  • Aprovecha los programas de viaje de tu escuela. Casi todas las escuelas tienen alguno. Habla con un consejero, administrador u otra persona enterada. A menudo puedes obtener créditos por viajar al extranjero. Cuando yo estaba en la preparatoria, fue a México en un viaje patrocinado por la escuela y viví con una familia de ese país. Un día salí a correr sin camisa y no entendía por qué los niños se reían de mí. Por fin me di cuenta de que jamás habían visto a alguien tan blanco. ¡Ay! Aun a´si tuve una experiencia increíble y aprendí algo de español.
  • Afiliate a una organización de voluntarios. Hay muchas organizaciones a las que les urgen voluntarios. Podrías viajar a un país pobre y cambiar una vida al tiempo que enriqueces la tuya. Daniel, un vecino mío de 17 años, se afilió a Operation Smile, un grupo de médicos y voluntarios que viajan a diversos países pobres durante varios días al año y operan a miles de niños que tienen deformidades faciales, como paladar hendido. Son operaciones sencillas que les devuelven la vida a estos niños. "Ha sido lo más significativo de mi experiencia en la preparatoria", me contó Dan
  • Participa en un intercambio de estudiantes. Apúntate para vivir con una familia extranjera y sumérgete de lleno en su cultura
  • Acompaña a tus padres en sus viajes de trabajo. Durante el día, mientras tu mamá o papá trabajan, recorre la ciudad, visita sus museos o zoológicos o come en sus restaurantes. Por la noche, visita con ellos los lugares de interés.
Para conocer otras posibilidades de viaje, haz una búsqueda en Internet, habla con un consejero escolar, acude a la bilioteca o conversa con quien lo haya hecho. Bridgett, una estudiante de primero de 17 años, se ha divertido en grande en sus viajes.

Un día le dije a mi mamá: "Quiero vajar. ¡Sería divertido!" Me respondió: "Pues tal vez algún día puedas hacerlo, en uno de esos programas de intercambio escolar".
Consulté internet y encontré muchos, y luego hablé con un consejero para cerciorarme de que eran legítimos. Encontramos uno llamado Youth For Understanding. Investigué y decidí que quería ir a Japón. Pero como costaba 5000 dólares, pedí una beca de Okinawa Peace, y unos tres meses después supe que me la habían dado. Pagaba casi todos los gastos del viaje.
Y me fui a Okinawa, el Hawai japonés. Estuve allí seis semanas y no quería regresar. Mis padres me dijeron que no podría hacer más viajes de seis semanas, ¡pero este año me voy a Irlanda en una excursión patrocinada por maestros!
Depués de todo, el mundo es un pañuelo. Así que busca nuevos horizontes y empieza a explorar el ancho mundo que te espera a la vuelta de la esquina.

viernes, 26 de abril de 2013

Desafío 2

Desafío 2: "¡HAY DEMASIADO QUEHACER Y EL TIEMPO NO ALCANZA!"

"Estoy muy ocupado", dijo un adolescente. "Hago de todo. Estoy en una banda y en el equipo de bádminton; tomo clases de conducción, tengo dos empleos y doy lecciones particulares una vez a la semana. Soy socio de cinco clubes de la escuela y asisto a un montón de cursos especiales."

¡Tanto quehacer y tan poco tiempo! ¿Cómo puedo hacerlo todo? Puedes hacerlo todo, o casi todo, si administras tu tiempo. Como dijo Benjamin Franklin:


¿No sería sensacional que los días tuvieran 25 horas? Piensa en lo que podrías hacer con 7 horas extras a la semana. Pues ¿sabes qué? Apuesto a que pierdes de 7 a 20 horas por semana y ni cuenta te das. Para comprobarlo, anota cuánto tiempo pierdes en estas cuatro actividades. Ve llenando la table conforme discutimos cada actividad.


Ve menos televisión
Ver televisión es, con mucho, la mayor pérdida de tiempo y lo que a los hogazanes les encanta hacer durante horas. Un poco de televisión está bien, pero en exceso es un desperdicio total, una actividad del cuadrante 4 que no es ni urgente ni importante (ve los cuadrantes del tiempo en la página 24). ¿Sabías que el adolescente estounidense medio ve televisión 21 horas por semana? Y luego se quejan de que no tienen tiempo. Hmm...

BUSCATIEMPO: Recuerda los últimos 7 días. Suma el tiempo que dedicaste a ver televisión o películas en ese lapso, incluido el fin de semana. Sé sincero y anótalo en el Buscatiempo, en la sección "Horas dedicadas a esto la semana pasada". Ahora, ¿cuánto tiempo crees que puedes quitarle sin desmoronarte? Anótalo en "Horas que podría ahorrar cada semana".

Reduce tu gastatiempo personal (GP)
Todos realizamos algunas actividades del cuadrante 4, donde vive el vago, que nos hacen perder tiempo. Yo las llamo gastatiempos personales, o GP. Cada quien tiene lossuyos: puede ser entretenerte demasiado al teléfono enviando mensajes de texto, jugando con el PlayStation o Xbox, de compras, maquillándote, reacopmodando tu cuarto o leyendo revistas. Necesitas tiempo para relajarte y descansar. No digo que te deshagas de tu GP, sino que lo recortes un poco. Conozco a un chico de 16 años, Miguel Juan, que pasa de dos a tres horas diarias comprando y vendiendo zapatos en eBay. Seguro que podría recortar ese tiempo a la mitad sin enloquecer.

BUSCATIEMPO: Anota tu GP en el Buscatiempo. Ahroa recuerda los últimos 7 días y anota cuánto tiempo le dedicaste. Luego anota cuánto tiempo podrías recortarle sin sufrir un grave síndrome de abstinencia.

Di que no con una sonrisa.
El cuadrante 3, hogar del hombre del eterno sí, es el infierno. Por quedar bien con todos y no perderte nada, dices que sí a todo y te saturas de actividades. Está bien que participes en deportes, te asocies a clubes y realices otras actividades, pero no exageres. Lo primero que hay que analizar es tu trabajo. Unos dos tercios de los preparatorianos estadounidenses trabajan a medio tiempo durante el año escolar. Pregúntate: ¿de verdad necesito trabajar mientras estudio? Algunos deben hacerlo para ayudar a mantener a su familia, pero muchos otros no. Lo poco que ganas para comprarte ropa u otras cosas no vale la pena si el trabajo afecta tu rendimiento escolar.

Me gusta lo que dice el escritor y maestro Tomás Sinamor: "Hay quienes alejgan que el trabajo enseña a ser responsable y a funcionar en el mundo real. Una manera mejor de aprender a ser responsable es inscribirse en los  cursos más difíciles y terminar las tareas a tiempo y bien. ¿Quién está mejor preparado para el mundo real: alguien con aptitudes matemáticas y científicas o alguien con capacidad para voltear hamburguesas y dar el cambio en una caja registradora?"

Pregúntate: "¿Quiero abarcar mucho?" Si participas en demasiadas actividades y sientes que has perdido el control de tu vida, descarta las menos importantes y concéntrate en las pocas esenciales. Empieza a decir que no y dilo sonriendo, como aprendió Isabel, de la Preparatoria Hilliard Darby.

Una vez me pidieron que editara un video de tercer año. Yo no tenía idea de cómo editar videos. Al final tuve que decirle al encargado que no podría hacerlo. Me costó mucho trabajo porque no quería parecer irresponsable. He llegado al punto de tener que aprender a decir que no.

 
Simplifica. Haz unas cuantas cosas con excelencia en vez de muchas cosas con mediocridad.

BUSCATIEMPO: Elige una actividad poco importante de las que sueles realizar y anótala en el Buscatiempo. Anota cuánto tiempo le dedicaste en los últimos 7 días, incluido el fin de semana. Luego anota cuánto tiempo crees que ahorrarías si la redujeras o la abandonaras.

Deja de posponer
En la preparatoria, mi hermano y yo compartíamos un Honda destartalado. Un día vi que tenía mal los frenos y debía llevarlo al taller para que lo arreglaran, pero lo dejé pasar hasta que empezó a hacer un ruido horrible al frenar. Cuando por fin lo llevé al taller, los frenos ya estaban deshechos. Se llevó varios días y mucho dinero repararlos: como cinco veces más que si lo hubiera llevado antes. Todo por dejar para mañana lo que debería haber hecho hoy. Posponer las cosas siempre acaba por costar y tardar más, ya sea hacer el trabajo de fin de curso, ofrecer una disculpa o pedir empleo en las vacaciones de verano. Ahora mejor me guío por la consigna: "Siempre que tengas un trabajo pendiente, hazte dos preguntas. Si no es ahora, ¿cuándo? Si no lo hago yo, ¿quién?"

¿Acostumbras desvelarte para estudiar? ¿No hacer nada durante semanas y luego estudiar toda la noche antes del examen? ¿Te funciona? Quizá en el corto plazo. ¿Alguna vez has trabajado en una granja? ¿En la granja puedes dejar todo para el final? ¿Olvidarte de sembrar en primavera, holgazanear todo el verano y luego aparecer en otoño para cosechar? Creo que no. La vida, a la larga, se parece más a la una granja que a la escuela. Cosecharás lo que siembres.

Confieso que en la preparatoria fui un moroso profesional. Aplazaba el estudio, estudiabatoda la noche antes del examen y me iba bien, pero no retenía gran cosa. A esto lo llamo bulimia académica: memoriza y olvida; date un atracón y vomita. Cuando llegué a la universidad y a los cursos de posgrado tuve que compensar todos los años de estudiar de prisa. En muchos aspectos nunca recuperé el terreno perdido, y lo lamento mucho.

Hay un remedio para la morosidad. Se llama Just do it "¡Hazlo!") ¡Gracias, Nike!) Mantente al día en tus estudios y no te retrases. Ve al cuadrante 2 l priorizador) y adquiere el hábito de la planeación.

Te aconsejo usar una agenda. Muchas escuelas las dan a sus alumnos. Si no, cómprala. No son caras y se consiguen casi en cualquier tienda de artículos de oficina. Elige una que tenga calendarios mensuales y espacio para notas semanales o diarias. También podrías probar una agenda electrónica.

Bridgett, chica de 17 años que iba en primero de preparatoria en Joliet, Illinois, llamaba a su agenda su "mejor amiga".

Mi mayor reto es que el tiempo me alcance para todo lo que tengo que hacer, así que uso una agenda. Es mi mejor amiga. Me ayuda a organizar mis pensamientos. Soy muy olvidadiza, pero en ella puedes escribir todo lo que necesitas. Antes de salir de la escuela le echas un vistazo y allí está anotado lo que debes hacer el resto del día.
No la usé en primer año, pero en segundo me inscribí en un curso de biología con un profesor considerado el más estricto durante cinco años seguidos, y tuve que usarla parque deja mucha tarea. Una agenda parece una tontería, como que no te va a servir, pero, si sabes usarla, te sirve mucho.

Cuando tengas tu agenda, anota todo: exámenes, fechas de entrega de trabajos, días feriados, vacaciones, juegos, cumpleaños, acontecimientos familiares, etc. Anotar las cosas te hará descansar la mente porque no tendrás que recordarlo todo. Luego, al comenzar la semana, revisa qué hay que hacer. No esperes hasta el último minuto para estudiar para un examen o hacer un trabajo. Mejor haz las cosas poco a poco desde el principio.

BUSCATIEMPO: Recuerda la última semana y anota cuánto tiempo crees haber invertido en rectificar cosas que postergaste jemplos: reanudar una relación que descuidaste, hacer trabajos o tareas extras porque te atrasaste, arreglar un aparato descompuesto por negligencia, sanar de una enfermedad sufrida por excederte). Luego anota cuánto tiempo crees que podrías ahorrar cada semana si dejaras de posponer las cosas.

Ahora suma la comuna "Horas que podría ahorrar cada semana" y ve el resultado. ¿Llegó a 7 horas, a 15, o más? ¿No es asombroso? Y tú que pensabas que no tenías tiempo. Todos disponemos de 168 horas a la semana para hacer lo que queramos. Como escribió Miguel Altushuler: "Lo malo es que el tiempo vuela. Lo bueno es que tú eres el piloto".

Sobrevivir y prosperar

Sobrevivir y prosperar

Voy a enumerar algunas palabras. Llena el espacio en blanco con la primera palabra que se te ocurra. No lo pienses demasiado; sólo escribe o toma nota mental de lo primero que te venga a la cabeza.

Maestros:
Gramática:
Tarea:
Boleta de calificaciones:
Exámenes:
Señora de la cafetería:

Probé esto con un grupo de adolescentes y obtuve resuestas como las siguientes:

Maestros: Carceleros
Tarea: Muerte
Exámenes: Desvelos
Gramática: Difícil
Boleta de calificaciones: Día del juicio
Señora de la cafetería: Brazos gelatinosos

¿Y tú? Al pensar en la escuela y en lo académico ¿sientes buenas vibraciones o náuseas? Las respuestas varían, pero hay algo común atodos los adolescentes: la escuela les representa un esfuerzo. Cuando yo estudiaba, aborrecía el estrés, las pruebas estandarizadas y trepar cuerdas en educación física.
La escuela plantea muchos desafíos. Los cuatro que más me mencionan son:

  1. "Estoy estresado."
  2. "Hay demasiado quehacer y el tiempo no alcanza"
  3. "No me interesa"
  4. "Yo no sirvo para la escuela".
Lo bueno es que hay remedios que funcionan, así que echémosle un vistazo a cada uno.

Desafío 1: "ESTOY ESTRESADO"

"¿Qué es lo que más te estresa de la escuela?", les pregunté a algunos adolescentes. Esto es lo que respondieron:


"Parece que todo, desde las prácticas de futbol hasta los juegos de básquet y la tarea, se encima y se acumula. No hay manera de escapar del trabajo sin fin. Un pequeño descanso puede retrasarte días enteros. Si no haces la tarea de matemáticas una noche, a la siguiente tendrás el doble."

Lo curioso es que, cuando terminas los estudios, el estrés no desaparece; solo cambia. En vez de sentirlo por la escuela, lo sientes a causa de las cuentas por pagar, los hijos, el trabajo y los parientes políticos. No intentes huir del estrés. Mejor aprende a manejarlo. ¿Cómo? Afila la sierra con regularidad.

Afilar la sierra.

"En caso de emergencia caerán mascarillas de oxígeno del techo. Primero colóquese una, y luego colóquesela a la persona que viaja a su lado." Así dicen los sobrecargos en los aviones. Me lo he imaginado muchas veces: heme allí, con mi máscara de oxígeno, respirando muy a gusto, mientras el niño de dos años que va sentado junto a mí se asfixia. ¡Parece tan egoísta!

Pero cuanto más piensas en lo que dice el sobrecargo, más sensato resulta. No puedes ayudar a nadie si te falta el aire. Por eso nunca debes sentirte egoísta por darte un tiempo para renovar lo mejor que tienes: tú mismo. Si te esfuerzas demasiado durate mucho tiempo y siempre te pones en último lugar, acabarás por agotarte o estresarte, y entonces ¿de qué servirás? Aqunque estés muy ocupado aserrando, date tiempo para afilar la sierra. Recarga las pilas en las cuatro partes de las que estás hecho: cuerpo (parte física), corazón (relaciones), mente (parte mental) y alma (parte espiritual).
Responde este cuestionario para evaluar si estás afilando bien la sierra.


Entonces, ¿recibe cada parte la atención que necesita? Si te diste un 2 en Corazón, quizá debas pasar más tiempo con tus amigos o tu familia. Si te diste un 3 en Cuerpo, baja un poco el ritmo y empieza a cuidarte. Como ocurre con los neumáticos de un coche, si una parte de ti está desequilibrada, las otras tres se gastarán en forma irregular. Por ejemplo, es difícil tener buenos resultados en la escuela (mente) cuado estás rendido (cuerpo), y a la inversa, si estás satisfecho y motivado (alma), es muchomás fácil ser buen amigo (corazón) y esforzarte en la escuela (mente).

Hay muchas maneras de reducir el estrés afilando la sierra. A continuación te muestro lo que me dijeron algunos adolescentes cuando les pregunté cómo lidiaban con el estrés.
  • "Salgo a correr. Esto me da una mejor perspectiva de mis problemas y me ayuda a encontrar soluciones."
  • "Me doy una hora para compadecerme de mí mismo y llorar."
  • "Me doy un baño, leo mi diario y me duermo."
  • "Juego a la pelota."
  • "Levanto pesas para producir endorfinas."
  • "Ayudar a los demás te ayuda a olvidarte de tus problemas."
  • "Salgo de casa."
Zombis ambulantes

Abordemos uno de los mayores problemas de la parte física: el sueño. Según los estudios, la privación de sueño favorece la depresión, bajas calificaciones, accidentes y trastornos emocionales. Acéptalo: cuando estás cansado exageras los problemas. Ese comentario grosero que laguien hizo sobre tu corte de pelo de pronto te parece una ofensa imperdonable. O crees que el próximo examen de historia es más pesado de lo que puedes soportar. Eso pasa cuando eres un zombi ambulante. Te agobias y lo ves todo negro. Ten en cuenta los siguientes consejos sobre el sueño:


  1. DUERME LO NECESARIO. La mayoría de los adolescentes duermen apenas 7 horas diarias, y algunos menos, cuando los expertos coinciden en que necesitan de 8.5 a 9.25 horas diarias. Determina cuánto necesitas dormir para estar en óptimas condiciones y, con base en la hora a la que debes levantarte, calcula a qué hora tienes que acostarte. Recurda: el sueño es alimento para el cerebro.
  2. ACUÉSTATE Y LEVÁNTATE TEMPRANO. No puedo demostrarlo, pero creo en la sabiduría del viejo refrán: "Al que madruga Dios lo ayuda". Algunos expertos en salud piensan que cada hora de sueño antes de la medianoche vale por dos después. A mí me funciona. Dormirse y despertarse temprano tiene algún efecto mágico.
  3. SÉ CONSECUENTE. Por ejemplo, si sueles acostarte hacia las 11 p.m. entre semana, no te acuestes a las 3 a.m. los viernes y sábados y duermas hasta el mediodía. Dormir en exceso el fin de semana puede desquiciarte al tratar de volver a tu rutina normal. No digo que no debas divertirte y desvelarte los fines de semana, pero no lo hagas hasta esos extremos. Mantén tus horarios de sueño dentro de un intervalo de dos o tres horas.
  4. RELÁJATE ANTES DE DORMIR. En vez de engullir cantidades industriales de cafeína antes de acostarte, prueba relajarte. Date un baño, escribe en tu diario, lee revistas cómicas. Unos minutos de paz antes de dormir pueden cambiarlo todo.
Estos consejos no son reglas, sino lineamientos generales. Habrá veces en que quieras desvelarte con tus amigos y otras en que deberás hacerlo para terminar una tarea. O quizá tengas que trabajar mientras estudias para ayudar a tu familia y no puedas dormir todo lo que quieres. El asunto es hacer lo mejor que puedas y ser moderado y sabio. Si estás deprimido, confundido o estresado, varias noches de descanso reparador podrían ser la cura que necesitas.

jueves, 25 de abril de 2013

Decisón 1 Escuela

Las 10 cosas más importantes que debes saber sobre la escuela

Había tres cosas que no me gustaban de la preparatoria: la tarea, la tarea y la tarea, en ese orden. Pero había algo que sí me gustaba: la poesía. Tenía varios amigos aficionados también a ella. Escribíamos poemas bobos y nos los dábamos a leer para ver a quién se le ocurría el peor.

Mi mejor colaboración para la lista de los más tontos la escribí cuando tenía como 16 años. Era el día de Año Nuevo. Había visto unos partidos de futbol americano con mis hermanos, David y ]Esteban. Echados en el sofá habíamos devorado una montaña de comida chatarra -pizza, nachos, refrescos y demás porquerías-, y me dolía mucho la cabeza. Desúés nos quedamos dormidos. Me desperté con una sensación extraña: vi con horror que tenía mi pantorrilla pegada a la de Esteban. Es que los dos llevábamos pantalones cortos y nuestras pantorrillas se habían pegado con una delgada capa de sudor. ¡Qué asco! Tiempo después expresé lo que sentí entonces en este poema:


En la escuela participé en algunos concursos de redacción y, a juzgar por mi poema, apuesto a que no te extraña que jamás ganara nada. Sin embargo, comprendí que el lenguaje me apasionaba, y esta certidumbre me ayudó a decidir qué estudiar en la universidad y a qué dedicarme al crecer.

Esto me lleva a la primera decisión más importante que tomarás en la vida: ¿Qué hacer con la escuela, con tu educación? ¿Por qué es ésta una de las 6 decisiones más importantes? Pues porque lo que hagas respecto a la escuela durante tu adolescencia puede determinar tu calidad de vida en los sigueintes 50 años.

(Por cierto, en lo alto de la página hay una lista de las 10 cosas más importantes que debes saber sobre la escuela. Son pequeños consejos que recopilé de adolescentes mayores de todo el mundo. Hay una en cada capítulo. Pensé que te gustarían.)

Como en todas las decisiones clave, en ésta se bifurca el camino.

Puedes tomar el camino correscto -quedarte en la escuela, esforzarte y prepararte para una carrera universitaria- o el camino equivocado: dejar la escuela (o quedarte, pero holgazanear) y no prepararte. Tú decides.
Como hay muchas cosas importantes que tratar en este capítulo, lo dividií en cuatro secciones.

La primera, Perseverar, está escrita para aquellos de ustedes que piensan dejar la preparatoria. Sí: intentaré disuadirlos de ello. En sobrervivir y prosperar hablaremos de cómo conservar la motivación, tener éxito y lidiar con todas las presiones y altibajos cotidianos propios de la escuela. A la universidad se enfocará en cómo prepararte para ingresar en la universidad de tu elección y cómo pagar tus estudios. Por último, en Encontrar tu camino, hablaremos de lo que quieres ser de grande.

PRUEBA ESCOLAR.

Antes de pasar a lo siguiente, responde este cuestionario de 10 preguntas. Te ayudará a averiguar por qué camino vas, así que sé muy honesto. Todos los capítulos tienen una prueba similar.

Cada una de las preguntas anteriores vale un máximo de 5 puntos, para dar un total de 50. Suma tu puntuación y determina cómo vas. Recuerda, no es un examen ni hay calificación: se trata sólo de una autoevaluación que te ayudará a juzgar las decisiones que estás tomando, así que no te preocupes por tu puntuación.

40-50 Vas por el camino correcto. ¡Sigue así!
39-39 Estás en medio de ambos caminos. Dirígete al camino correcto.
10-29 Vas por el camino incorrecto. Pon especial atención a este capítulo.

Perseverar

Hace muchos años el psicólogo Walter Mischel hizo un experimento en un centro preescolar de la Universidad Stanford. Reunió a un grupo de niños de cuatro años en torno a una mesa con un surtido de malvaviscos en medio. Les dijo que tenía que salir del salón durante unos minutos. Si podían esperar a que volviera les daría dos malvaviscos. Si no podían, les daría un malvavisco en ese momento. Un malvavisco ahora o dos después, ése era el trato. Entonces salió del salón.

  • Algunos niños no aguantaron la tentación y se comieron un malvavisco en cuanto Mischel salió.
  • Algunos resistieron unos minutos, pero terminaron por rendirse.
  • Otros olisquearon sus malvaviscos.
  • Un niño incluso empezó a lamer el suyo.
  • Unos cuantos niños, resueltos a aguantar la tentación y esperar, se taparon los ojos, bajaron la cabeza, canturrearon, jugaron, se escondieron en un rincón o incluso trataron de dormirse.
Al volver, Mishel les dio sus merecidos dos malvaviscos a los que aguantaron.
El investigador siguió de cerca la vida de cada niño hasta el final de la preparatoria. Un hecho notable es que a aquellos que habían logrado no comerse los malvaviscos les iba mucho mejor en la vida: estaban mejor adaptados y eran más seguros, más populares y más fiables. También les iba mucho mejor en la escuela.

¿Qué tienen que ver los malvaviscos con la deserción escolar? Mucho. Dejar la escuela es equiparable a comerse el malvavisco ahora. Ese suave malvavisco sabe muy bien, al principio. Por ejemplo, si dejas la escuela, en seguido puedes empezar a ganar más dinero para comprar cosas, como un coche. Podrías costearte tu propio departamento. Además, te deshaces al instante de la pesadilla de tareas y calificaciones.
Sin embargo, al dejar la escuela ahora sacrificas dos malvaviscos depués, lo que resulta un mal negocio. Los dos malvaviscos con el tiempo adoptan la forma de más aptitudes, un empleo mejor remunerado, un auto más bonito, más posibilidades de ayudar a los demás y un mayor aprecio por lo que te rodea.
Claro que has escuchado todas las razones para perseverar en la escuela, pero ¿las has considerado con atención?

¿Te das cuenta de que si no terminas la preparatoria, el castigo será tener un trabajo mal pagado el resto de tu vida?

¿Por qué? Porque no tendrás las aptitudes necesarias para obtener un empleo mejor remunerado.
Una adolescente llamada Yolanda lo dijo bien: "Mi mamá tiene un dicho, 'Paga ahora y jugarás después, o juego ahora y pagarás después'. Pagar ahora es cumplir con mi deber en la escuela, y más adelante ser una persona exitosa; jugar ahora implica pagar después con un desempleo modesto, quizá en McDonald's haciendo hamburguesas".

Un sueldo de entre 8 y 10 dólares la hora puede parecerte bueno ahora, pero es insuficiente, créeme. Basta compararlo con lo que puedes ganar si terminas la preparatoria o, mejor aún, si vas a la universidad. Esta información de sueldos es de la Oficina de Estadística Laboral de E.U. Aunque las cifras pueden variar de un año a otro, las diferencias son constantes.

Si multiplicas estas cantidades por una vida de trabajo 0 años), la diferencia es aún más evidente.

GANANCIAS DE TODA LA VIDA


Desertor de preparatoria
$850,720 dólares


Egresado de preparatoria
$1'212,640 dólares


Graduado de universidad
$1'948,960 dólares

Además, si dejas la escuela, olvídate de tener acceso a cualquiera de los estupendos trabajos de la siguiente lista, para los cuales se requiere al menos diploma de preparatoria y por lo general algunos estudios universitarios o experiencia técnica.



PAREJA E HIJOS

Si dejas la preparatoria, quizá al principio creas que puedes triunfar, pero al aumentar tus necesidades, o si decides casarte y tener familia, te las verás duras. El escritor adolescente Gregorio Byron lo expresó así:
"Cuando te vas de casa, el dinero te alcanza y lo más seguro es que compartas un departamento, pero no tardarás en hartarte de tus compañeros y querrás un hogar con más privacidad, un coche más nuevo, vacaciones y juguetes de alta tecnología. Luego... te enamoras... vienen los hijos... Querrás una casa bonita y zapatos para el bebé. Esta table muestra cuánto necesitas n dólares) si vives solo (soltero) o te casas y tienes uno o dos hijos (familia):

"No ganas tanto si trabajas de cajero o mesero, el tipo de empleo que consiguen los chicos de preparatoria. Necesitas mucho más. Para cubrir el presupuesto que ves aquí debes ganar 15 dólares la hora si eres soltero, y mucho más si tienes pareja e hijos. En ese caso querrás ser un buen proveedor y ofrecerles un hogar decente. Lo prometiste. Lo que no sabías era que se gasta más al día en pañales que en comida para bebé. Cada padre debe ganar 18 dólares la hora para mantener una familia en este nivel. Si uno gana menos, el otro debe ganar más para compensar.
"Si ambos no tienen empleos bien pagados, será POBRES. La escasez de dinero cansa mucho, ¡y muy pronto! Te rebotarán un par de cheques y el banco te cobrará al menos 20 dólares por cada uno. Empezarán a reñir por dinero ¡y eso NUNCA debe ocurrir! Verán a otros a quienes les irá mejor porque supieron elegir su carrera. No hablarán de eso... pero lo SENTIRÁN cuando tu pareja y tú vean que sus amigostienen casas más bonitas y mejores coches. ¿Quién hubiera dicho que el dinero sería tan importante?"

¿Les va bien a algunos de los que dejan la preparatoria? A unos cuantos. Pero es como jugar a la lotería. Las probabilidades están en tu contra. Entonces, ¿para qué arriesgarse?

Ésta es la cruel realidad:
  • A quienes dejan la escuela les cuesta mucho más trabajo encontrar empleo y conservarlo: 50 por ciento de ellos están desempelados.
  • Se suele etiquetar a quienes dejan la escuela como personas que no terminan las cosas.
  • Quienes dejan la escuela suelen ir de un empleo a otro en vez de labrarse una carrera.
  • A los que dejan la escuela ni siquiera se les tiene en cuenta para la mayoría de los empleos bien pagados, aunque estén calificados.
  • Y cada vez más, en casi todos los países, el diploma de preparatoria no basta. Como dice Vlad, un adolescente ruso: "Hoy día en Rusia, no eres nadie si no tienes un título universitario. Sin él no encuentras trabajo".
Me imagino el cartel publicitario:


CÓMO ROMPER EL CICLO

La razón por la que los adolescentes dejan la escuela suele ser que todos a su alrededor -la madre o el padre, los primos y muchos de sus amigos- lo han hecho. Quizá nadie en la familia haya terminado la preparatoria o asistido a la universidad. ¿Por qué habrían de hacerlo ellos?

A veces heredamos malos hábitos o pautas de conducta que pasan de una generación a otra. Por ejemplo, si tu padre es alcohólico, es muy probable que su padre también lo haya sido. Lo mismo ocurre con el abuso de menores, la drogadicción, la pobreza y la deserción escolar. Ésa suele ser la razón por la cual las familias disfuncionales se repiten en las siguientes generaciones.

Lo bueno es que tienes posibilidad de elección. Puedes ser el que rompa el ciclo de tu familia. Puedes impedir que el mal hábito te atrape, y puedes transmitir buenos hábitos a tus hijos y sobrinos. ¿No te encantaría ser el primero de tu familia en ir a la universidad y transmitir esa pauta de conducta a tus hijos y nietos?


Recuerdo cuando habé con Sammi, una chica que quería romper el ciclo que había heredado. Dijo:

He tenido amigos que dejaron la preparatoria. Uno, con quien trabajo en McDonald's, había perdido tres años: tenía 20 e iba en primero. Al verlo me dije que yo no podía ser así. No puedo trabajar en Wendy's o en McDonald's toda mi vida. No quiero ser como mi padre y mi padrastro. No quiero mirar atrás y decir "Quisiera haber hecho esto o aquello".

Tomar la decisión de seguir estudiando quizá sea lo más difícil que hayas hecho. Tal vez tu vida familiar sea complicada y no tengas casi ningún apoyo en casa para triunfar en la escuela. Quizá estés lleno de inseguridades y dudes de tu capacidad para terminar con éxito tus estudios. Tal vez odies la sola idea de ir a la escuela un día más. Pero te prometo que te lo agradecerás toda la vida si perseveras. No será fácil, pero valdrá la pena. Dos malvaviscos mañana siempre serán mejores que uno hoy.

miércoles, 17 de abril de 2013

Hábito 7 Afilar la Sierra

HÁBITO 7 AFILAR LA SIERRA


Para entender el hábito 7 imagínate una sierra.


Un leñador nunca debe estar tan ocupado que no le quede tiempo para afilar su sierra. De igual manera, vivir no debe ocupar tanto de nuestro tiempo que no nos permita renovarnos. Estamos formados por corazón, cuerpo, mente y alma, y cada parte necesita tiempo y atención.

Como escribió Rumer Godden, citando un proverbio hindú:

"Cada cual es una casa de cuatro cuartos, uno físico, uno mental, uno emocional y uno espiritual... Si no entramos a diario en cada cuarto, aunque sólo sea para ventirlarlo, no seremos personas completas."
Chris, un adolescente interno en una universidad, lo expresa así:
Cuando eres adolescente, a veces resulta muy difícil apreciar el valor y la utilidad de afilar la sierra, pero como sé que es importante, es lo que intento hacer:
La parte social o emocional me cuesta un poco, pero algo que hice para conocer gente (pues no soy muy sociable) fue crear una página web del piso donde está mi dormitorio. Tomé fotos de todos mis compañeros y averigüé un poco de cada uno. Gracias a eso dupliqué el número de mis conocidos en el piso.
Para la parte física estoy en un curso de salud: corro tres días de la semana y levanto pesas otros dos.
En cuanto a lo mental, la universidad es excelente para afilar la sierra. Conversamos a un nivel intelectual muy alto, y siempre estamos aprendiendo y cambiando. A eso viene uno a la universidad.
Lo espiritual es lago que necesito desarrollar un poco más. Sé que me hace falta más equilibrio.
  Solemos sentirnos algo culpables cuando nos dedicamos tiempo a nosotros mismos porque se nos ha enseñado a pensar antes en los demás. Pero no debes sentirte así. Cuando se trata de afilar tu sierra, está bien ser un poco egoísta. Prometo no decírselo a nadie.


Conque ahí los tienes en resumen: los 7 hábitos de los adolescentes altamente efectivos. Te serán de gran ayuda para tomar esas seis decisiones vitales. Espero que nunca subestimes el poder de los hábitos en tu vida: pueden hacerte triunfar o fracasar. Recuerda: "Los malos hábitos son como una cama cómoda: es más fácil acostarte en ella que levantarte". Por otro lado, una vez que los buenos hábitos están bien afincados, son tan difíciles de romper como los malos.

UNAS PALABRAS SOBRE LAS "CLÁSICAS"

Me encanta el cine, y a mi familia también. Conforme sigas leyendo notarás que a cada paso saco a colación una película. Mi familia es rara porque a veces escogemos varias películas que nos gustan y las vemos tantas veces que no podemos hablar entre nosotros sin mencionar alguna cita tomada de ellas. ¡La  gente cree que somos unos psicópatas! A estas películas las llamamos clásicas. Muchas no son muy buenas; es sólo que nos gustan.



***PRÓXIMAMENTE***

Si tienes curiosidad por saber cuáles son los 7 secretos para sacar buenas notas, sigue leyendo. Pronto lo averiguarás.

viernes, 12 de abril de 2013

Hábito 6 Sinergizar

HÁBITO 6 SINERGIZAR


Para entender el hábito 6 visualiza cuatro brazos entrelazados.


La sinergia se logra cuando dos o mas personas colaboran para hacer algo mejor de lo que cada una hoaría por sí sola. No es ni tu manera ni mi manera de hacer las cosas, sino una mejor, más elevada manera de hacerlas. La vida es como un círculo formado por cuatro brazos entrelazados. Cada brazo aporta una cualidad distinta al grupo, y juntos son más fuertes que cualquiera de ellossolo. Los constructores lo saben bien. Una viga de 5 x 10 centímetros de sección aguanta 275 kilos, pero dos de esas vigas unidas con clavos soportan no solo el doble de peso (que es lo que cabría esperar), ¡sino ocho veces más! Lo mismo ocurre con nosotros. Podemos hacer mucho más en conjunto que por separado.

Cada individuo difiere en antecedentes, raza, cultura, aspecto físico, manera de pensar y hablar, etcétera. La clave de la sinergia está en apreciar esas diferencias en vez de temerlas. Una fábula muy popular. "La escuela de los animales", de George Reavis, ilustra por qué debemos valorar las diferencias y no pretender encajar a todo el mundo en el mismo molde:

En cierta ocasión los animales... organizaron una escuela. Adoptaron un programa de actividades que incluía correr, trepar, nadar y volar...
El pato era excelente para nadar, más que su instructor, y también sacaba magníficas notas en vuelo, pero le iba muy mal al correr. Por sus malas calificaciones en carrera debía quedarse a practicar después de clases y dejar la natación...


El conejo empezó a la cabeza de la clase en carrera, pero sufrió un colapso nervioso por las muchas horas que dedicaba a regularizarse en natación.


La ardilla era muy buena para trepar, hasta que se sintió frustrada en la clase de vuelo, pues su maestro la hacía ir del suelo hacia arriba y no de la punta de los árboles hacia abajo.


El águila había que disciplinarla, porque en la clase de trepar vencía en llegar a la punta del árbol, pero usando su propio método.

Al final del año, una anguila anormal que ha más de sobresalir para el nado corría, trepaba y volaba un poco obtuvo el mayor promedio y fue quien pronunció el discurso de despedida.
Supón que tú fueras el águila, tu amigo el pato, tu hermana el conejo y tu mamá la ardilla. Cada uno posee distintas cualidades y flaquezas, y allí está la belleza del asunto. ¿Te das cuenta de lotonto que es comparar a un águila con una ardilla y preguntarse cuál es mejor? De igual manera, ¿comprendes lo insensato de compararte con un compañero de escuela y pensar: "Soy mejor que él" o "Nunca seré tan bueno como ella"? Nadie es mejor ni peor que los demás, sino sólo diferente. Tú estas bien, y ellos también.

Valorar las diferencias es uno de los grandes secretos para ser feliz. y, como pronto verás, también es un ingrediente esencial para aprender a llevarte bien con tus padres.